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jueves, 16 de mayo de 2013

¿Para qué sirven los ejemplos mencionados anteriormente?


La tartracina es uno de los colorantes artificiales más utilizados en los alimentos. Su uso está autorizado en más de sesenta paises, incluyendo entre ellos los de la Unión Europea y Estados Unidos. Confiere a los alimentos y bebidas un tono amarillo más o menos anaranjado, dependiendo de la cantidad añadida. También se utiliza para obtener colores verdes, al mezclarlo con colorantes azules. La tartracina es un colorante amplísimamente utilizado (desde 1916), por ejemplo, en productos de respostería, derivados cárnicos, sopas preparadas, conservas vegetales, salsas, helados, postres, caramelos y otras golosinas. También se utiliza para colorear las bebidas refrescantes de “naranja” y "limón". A nivel anecdótico, la tartracina es el colorante del condimento para paellas utilizado en substitución del azafrán.


El ácido benzoico es uno de los conservantes más empleados en todo el mundo. El ácido benzoico es especialmente eficaz en alimentos ácidos, y es un conservante barato, útil contra levaduras, bacterias (menos) y mohos. Sus principales inconvenientes son el que tiene un cierto sabor astringente poco agradable y su toxicidad, que aunque relativamente baja, es mayor que la de otros conservantes. En España se utiliza como conservante en bebidas refrescantes, zumos para uso industrial, algunos productos lacteos, en repostería y galletas, en algunas conservas vegetales, como el tomate o el pimiento envasados en grandes recipientes para uso de colectividades, mermeladas, crustáceos frescos o congelados, margarinas, salsas y otros productos.


 Ácido ascórbico: Evita pardeamiento del alimento (frutas, especialmente) e inhibe la formación de nitrosaminas. No es tóxico.
              




Agar-Agar: se emplea en confituras, mermeladas, gelatinas, golosinas, yogures, infusiones, etc. Es inocuo.


El helado es uno de los alimentos más complejos que podemos encontrar; es a la vez una mousse y una emulsión y contiene cristales de hielo y una mezcla acuosa sin congelar y necesita emulgentes. Se añaden emulgentes durante el proceso de congelación para obtener una textura más suave y garantizar que el helado no se derrita rápidamente después de servirlo. También mejoran la estabilidad congelación-descongelación. Los mono- y diglicéridos de ácidos grasos (E 471), las lecitinas (E 322) y los polisorbatos (E 432 y E 436) se utilizan habitualmente en la producción de helados. Este método también se aplica a otros postres como sorbetes, batidos, mousses heladas y yogur helado.



La pectina es una fibra natural que se encuentra en las paredes celulares de las plantas y alcanza una gran concentración en las pieles de las frutas. Es muy soluble en agua y se une con el azúcar y los ácidos de la fruta para formar un gel. Así que, si la añadimos a nuestras mermeladas caseras, lo que conseguimos es espesar de forma natural nuestra conserva, añadiendo menos azúcar y lo que es muy importante disminuyendo el tiempo de cocción, lo que se traduce en que nuestra mermelada va a mantener mucho más el sabor a la fruta en fresco.

                                                   

                                                  

                                                  

                                                      

                                                      




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